martes, 26 de junio de 2012

Los complejos de los Universitarios

No hace mucho más de tres años, ya en plena crisis, el entonces Secretario de Estado de Investigación, Marius Rubiralta, nos contaba en una sectorial de investigación su reunión con responsables del sector financiero en la que directores de bancos y cajas le decían que, tal como ya estaban haciendo ellos, las Universidades debíamos fusionarnos para ser mejores y más eficientes. No se si hoy, tras meses en los que toda nuestra confianza en el supuestamente mejor sistema bancario del mundo se ha desmoronado, se atrevería a decir eso.
La actitud de Rubiralta, y que, reconozcámoslo, mostramos en mayor o menor medida todos los miembros de la comunidad universitaria, es un ejemplo de hasta qué punto sufrimos un cierto complejo de inferioridad respecto del denominado mundo productivo en términos de eficiencia, eficacia, productividad, rentabilidad, etc. Visto lo visto con el sistema financiero, más vale que no nos miremos en ese ejemplo. Yo desde luego no sé de ningún rector que (habiendo hecho una buena o mala gestión) se haya retirado con una pensión millonaria. Tampoco sé de ningún compañero que se haya prejubilado con su sueldo completo a los cincuenta años. No creo que tengan que rescatarnos, porque gastamos lo que tenemos.Y desde luego, es posible que las universidades españolas no estén las mejores situadas en los rankings internacionales, pero es impensable que nuestra calificación baje tanto como lo ha hecho la de Moody´s de los bancos y cajas españoles.
Es evidente que tenemos mucho que aprender de todos, incluidos los bancos, pero por favor dejen de vendernos modelos y ejemplos que no sirven. 

jueves, 14 de junio de 2012

Sobre Empresa y Universidad (I)

Las mentiras tienen la propiedad de que cuando se repiten un determinado número de veces, acaban pareciendo verdades. Las verdades por el contrario se convierten en obviedades, y terminan por pasar desapercibidas. Pero ¿cómo se distinguen las primeras de las segundas?. Muy fácil: la primeras necesitan que alguien (que sabe que no son verdad, pero le interesa) las siga repitiendo.
Esto es lo que ocurre cuando se habla sobre la relación entre la Universidad y el denominado sector productivo. Soy incapaz de recordar el número de jornadas, reuniones, seminarios, etc a los que he asistido o incluso participado como ponente en los que, invariablemente, el punto de partida del debate es la "desconexión entre la universidad y la empresa", la "escasa transferencia de conocimiento de la universidad al sector productivo", la "lejanía de la I+D universitaria de las necesidades de las empresas", y un largo etcétera de lugares comunes.
No puede ser que en veinte años, que son más o menos los que llevo oyendo estas cosas, haya quien siga empeñándose en mantener este tipo de afirmaciones cuando el cambio de la Universidad en esta cuestión, y en muchas otras, haya sido radical, y me atrevo a decir que proporcionalmente mucho mayor que el del, vuelvo a repetir, sector productivo español. ¿O es que alguien duda de que gran parte de la culpa de nuestra situación la tiene el apego a no moverse del sector del  ladrillo?
Y para demostrar lo que estoy diciendo sobre la relación Universidad-Empresa, aunque para mi sea una obviedad, vayan los datos más recientes, compilados en el último informe de la Fundación CyD, no especialmente caracterizada por dar jabón a las Universidades:
- Del I+D que se lleva a cabo en las Universidades, el 8% de su financiación proviene del sector privado (empresas que contratan a la Universidad), cifra superior a la de la media de la UE-15 (6,5%), a la de EEUU (6%), y similar, por ejemplo, a la de Canadá. El 8% se convierte en un 36,5% si nos circunscribimos a Ingeniería y Tecnología.
- De las empresas innovadoras, que se apoyan en socios, más del 35% cuentan con las Universidades, que es el segundo socio en importancia tras los proveedores, y por encima de Centros Tecnológicos, consultoras, etc.
- La cifra anterior se eleva a más del 50% para empresas de ámbitos estratégicos como Farmacia, Energía y TICs, y también, independientemente del sector, para empresas de más de 250 empleados.
Claro que para tener una buena y productiva relación hay que probar e intentarlo. Y en el caso de la Universidad Pública de Navarra, quienes lo han hecho muestran mayoritariamente su satisfacción de la relación, tal como se muestra en un estudio realizado. Estaremos encantados de que los que no han tenido oportunidad, lo intenten.
Por cierto, sigo dispuesto a participar en jornadas del tipo a las citadas más arriba que, a buen seguro, se seguirán organizando.