martes, 4 de noviembre de 2014

Los "Top 100"

No acabo de entender las razones por las que hay una corriente de opinión, no mayoritaria pero desde luego sí influyente, que se empeña sistemáticamente en hablar mal del sistema universitario de nuestro país. Y las universidades, que será por cosa del género sufrimos a veces el síndrome de mujer maltratada, hasta lo comprendemos y acabamos hablando mal de nosotras mismas. Y no es que no hagamos cosas mal, que seguro que hacemos muchas, pero desde luego bastante mejor que otras muchas instituciones o colectivos desde los que surge la crítica. No en vano la Universidad sigue siendo una de las instituciones mejor valoradas por los ciudadanos, si no la que más, nuestros egresados son muy apreciados dentro y fuera de nuestras fronteras, y la investigación en España (recordemos, 2/3 del total atribuible a las Universidades), coloca a nuestro país en la novena  o décima posición mundial con una cuota de producción creciente.

A falta de argumentos más elaborados, el mantra de esa corriente de opinión que mencionaba al principio se resume en la afirmación “No hay ninguna universidad española en la clasificación de las 100 mejores del mundo”.  Argumento aparentemente irrefutable.  Efectivamente el dato es correcto, pero de él ni se deduce que el sistema universitario español en su conjunto sea malo, ni que ninguna universidad española tenga un reconocimiento internacional  relevante. De hecho, me atrevo a decir que todas lo tienen, en algunos o varios ámbitos de especialización. Por tanto estamos ante una verdad, con intención de mentir.

Ante esta afirmación solemos defendernos argumentando que tampoco ninguna de nuestras universidades está entre las 100 mejor financiadas del mundo, lo cual es rigurosamente cierto. O esgrimimos que la si la ciencia española está en el buen nivel internacional que está, no será porque los mayores productores de la misma lo hagamos fatal. O decimos que con los criterios e indicadores que usan esos rankings, jamás una universidad española podrá entrar en ese “top 100”.

Pero ahora, y para demostrar la falacia del argumento, que no del dato, les daré otro dato objetivamente cierto. Ninguna empresa española está entre las 100 del mundo que más Investigación y Desarrollo realizan de acuerdo con los datos de la revista IEEE Spectrum. ¿Qué significa este dato?. Pues no lo sé muy bien, pero no soy tan osado como para afirmar a partir de él que las empresas en España son un desastre, y que somos un país de ladrillo y turismo. Además, enseguida se me ocurren contraejemplos y razones para pensar que no es así. Pienso en el grupo Inditex, ejemplo mundial  de innovación en la logística y la distribución. Pienso en Talgo cuya apuesta por la tecnología le ha llevado a vender sus trenes por todo el mundo. Y pienso también en ejemplos, más pequeños, como BQ que en poco tiempo han conseguido diseñar, desarrollar y vender dispositivos móviles en un mercado enormemente competitivo.

Será que pienso así porque como investigador (universitario) intento ser objetivo y deducir siguiendo la lógica, y no me dedico a buscar datos e interpretarlos de forma que se ajusten a la conclusión que a priori tengo, cosa que me temo a algunos les pasa cuando oyen la palabra Universidad.