Resulta decepcionante la actitud
mostrada por el Consejo de Estudiantes de la UPNA, y especialmente del Consejo
de la Juventud de Navarra jaleándola, atreviéndose a pedir incluso devolución
de parte de la matrícula si la docencia telemática “no se ha realizado de
manera óptima”. Sin negar que han podido darse situaciones y actitudes poco
profesionales de algunos docentes, creo que el esfuerzo desplegado en todos los
niveles de dirección de la Universidad, y por la inmensa mayoría del
profesorado, están consiguiendo sacar adelante una situación francamente
complicada. Es de destacar también la comprensión y el trabajo extra realizado
por la mayor parte del alumnado de la UPNA, que seguro no se sienten
representados por las declaraciones del Consejo de la Juventud, para quien por
otra parte parece que solo en la UPNA hay universitarios navarros.
La crítica empaña también
indirectamente el trabajo realizado por el personal de administración y
servicios de la UPNA, que ha tenido que velar por que en estas condiciones
extremas toda la infraestructura material y virtual de la Universidad siga
funcionando sin que se hayan producido problemas relevantes. Si alguien tiene
algo que aportar, opinar o incluso criticar, que lo haga a través de los cauces
abiertos, que en la Universidad son muchos. Algunos lo han hecho, y se les ha dado respuesta. Conviene tampoco no olvidar que el Consejo de
Estudiantes está representado en el gabinete de crisis.
Y es que parece que algunos no se
han enterado de que vivimos una situación verdaderamente extrema, excepcional e
imprevista, que ha obligado a una universidad presencial a modificar, de un día
para otro, todo su funcionamiento para adaptarse a una docencia remota. Los
mismos que no son capaces de ver que es el sistema público, incluyendo en
primer lugar a sanitarios pero también Universidades, centros de enseñanza,
fuerzas de seguridad, administración, etc, quien está manteniendo el tipo para
que todo siga funcionando durante esta pandemia y lo van a tener que seguir haciendo
los próximos meses. Los mismos que, aprovechándose de lo público o incluso
defendiéndolo supuestamente, solo contribuyen a desprestigiarlo y destruirlo.
Lo veremos de forma acentuada los próximos meses cuando muchos se habrán
olvidado rápidamente del esfuerzo realizado, y solo pretenderán recuperar los
“derechos” (en muchos casos son solo privilegios), de los que disfrutaban antes
y seguir como si nada hubiera pasado.
Habría que preguntarse ya que ahora
piden la devolución de matrícula si la docencia telemática “no se ha realizado
de manera óptima”, si la Universidad y la sociedad que es quien sufraga con sus
impuestos el mayor porcentaje de sus matrículas, no debiera solicitar la restitución
de ese dinero si el aprendizaje realizado y el esfuerzo por conseguirlo no ha
sido también el óptimo.