Comenzaré esta entrada aceptando
que el Alcalde de Tudela me atribuya una “ignorancia supina”, en unas
declaraciones suyas en relación al Campus de la UPNA en esa ciudad. Y es que
los que nos dedicamos a la ciencia nos reconocemos ignorantes porque sabemos
que es infinitamente más lo que desconocemos que lo que conocemos. Aun así, me
atrevo a poner a prueba quién de los dos es más ignorante respecto del tema que
nos ocupa.
Así, me gustaría recordarle en
primer lugar al señor Toquero que la decisión de crear un Campus en Tudela fue
fruto de lo que se suele denominar como “decisión política”, es decir, aquella
que se toma sin la información suficiente, sin que haya una necesidad evidente
o, lo que es peor, a sabiendas de que no es la correcta e incluso
contraproducente (salvo para los intereses de quien la toma). Y es que no
conozco a ningún político foral, pasado o presente, de uno u otro signo, que niegue
en privado que la decisión de crear un campus en Tudela fue un error. El señor
Toquero sería, en lo que a mí respecta, el primero que lo negara.
Todos los informes disponibles en
los años previos a la decisión apuntaban claramente a la inviabilidad del Campus,
de tal modo que quienes en esos momentos dirigían la UPNA, con su Rector a la
cabeza, se opusieron firmemente y con buen criterio a la extensión de la
universidad a Tudela. El propio Consejo Social de la UPNA, en el que está
representada la sociedad (Sindicatos, Empresarios, Parlamento, etc) avaló esta
postura.
Desconozco las presiones que
finalmente hicieron sucumbir a la Universidad para dar vía libre a la extensión,
y llevar allí dos títulos de Grado. Dado ese paso, posteriormente, desde el
Departamento de Educación del Gobierno de Navarra, gobernado entonces por
relevantes personas del entorno tudelano, se blindó la construcción y dotación
del Campus de Tudela mediante financiación denominada “afecta”, y que la UPNA
solo podía destinar a ese Campus. Por cierto, la decisión de construir el Campus
en las afueras de la ciudad no pudo ser más desacertada a efectos de conseguir
una buena imbricación en la ciudad.
Antes de que quien suscribe esta
carta pronunciara en 2018 la ahora recordada frase de “impartir alguno de los
nuevos Grados en Tudela sería una locura”, ha habido rectores -permítaseme
incluirme entre ellos- y equipos rectorales que han intentado, sin éxito,
inyectar actividad diversa (formación, investigación, extensión,…) en el Campus
de Tudela. Un ejemplo paradigmático ha sido el Aula de la Experiencia; un éxito
en Pamplona y que allí ha ido languideciendo por falta de demanda, no por falta
de dedicación y mimo desde la UPNA.
Y es que, como anticipaban los
informes elaborados a principios de este siglo, las características
demográficas, la demanda industrial, la demanda formativa, etc., no
justificaban ni justifican la creación de un campus universitario. Sólo los
espejismos de algunos promotores de la idea, imaginando Tudela llena de
estudiantes foráneos alquilando alojamientos y dando vida a la ciudad, fueron
capaces de generar un efecto mariposa que concluyó con la mencionada decisión
política. Ejemplos similares hay unos cuantos en España, con campus periféricos
fallidos, a los que nadie se atreve a hincar el diente, léase, cerrarlos.
El último informe relativo a este
asunto, y que el alcalde Toquero ignora
a pesar de haber sido encargado por el Ayuntamiento, dejaba bien claro en sus
conclusiones que los “responsables locales” deben definir una estrategia y un
plan de desarrollo local con la participación de todos los agentes de
influencia. Dentro de ese plan, la UPNA deberá, siempre respetando su propia
autonomía, responder y contribuir como agente clave en el desarrollo de la
zona, como ya ha hecho y está haciendo en el conjunto de Navarra. Es ese el orden,
y no el contrario, como ha venido ocurriendo históricamente: desde el Ayuntamiento
se le ha pedido y exigido a la Universidad implantar nuevos Grados y otra
actividad académica, sin ningún criterio objetivo, como si eso fuera suficiente
para generar desarrollo en la región. Exigencias por otra parte no
correspondidas con el apoyo del Ayuntamiento que, por el contrario, ha
financiado generosamente a la UNED. La comparecencia del Alcalde en el
Parlamento cae en un planteamiento victimista y de exigencia hacia la UPNA, sin
aportar absolutamente nada.
Para alegría del señor Toquero ya
no soy Rector de la UPNA ni lo he sido durante su mandato, así que no podrá
responsabilizarme de lo que ocurra con el campus de Tudela. Él tiene la
responsabilidad de promover y liderar la transformación del entorno social y
económico de la zona, y estoy seguro de que la UPNA responderá y asumirá el
reto. Supuesto que lo intente, y si no lo consigue, seremos los demás los que
le pediremos responsabilidades a él.
NOTA. Esta entrada ha sido publicada el 2/10/2021 como artículo de opinión en Diario de Noticias