No hace mucho más de tres años, ya en plena crisis, el entonces Secretario de Estado de Investigación, Marius Rubiralta, nos contaba en una sectorial de investigación su reunión con responsables del sector financiero en la que directores de bancos y cajas le decían que, tal como ya estaban haciendo ellos, las Universidades debíamos fusionarnos para ser mejores y más eficientes. No se si hoy, tras meses en los que toda nuestra confianza en el supuestamente mejor sistema bancario del mundo se ha desmoronado, se atrevería a decir eso.
La actitud de Rubiralta, y que, reconozcámoslo, mostramos en mayor o menor medida todos los miembros de la comunidad universitaria, es un ejemplo de hasta qué punto sufrimos un cierto complejo de inferioridad respecto del denominado mundo productivo en términos de eficiencia, eficacia, productividad, rentabilidad, etc. Visto lo visto con el sistema financiero, más vale que no nos miremos en ese ejemplo. Yo desde luego no sé de ningún rector que (habiendo hecho una buena o mala gestión) se haya retirado con una pensión millonaria. Tampoco sé de ningún compañero que se haya prejubilado con su sueldo completo a los cincuenta años. No creo que tengan que rescatarnos, porque gastamos lo que tenemos.Y desde luego, es posible que las universidades españolas no estén las mejores situadas en los rankings internacionales, pero es impensable que nuestra calificación baje tanto como lo ha hecho la de Moody´s de los bancos y cajas españoles.
Es evidente que tenemos mucho que aprender de todos, incluidos los bancos, pero por favor dejen de vendernos modelos y ejemplos que no sirven.
Pienso lo mismo.
ResponderEliminarSi de algo se puede tildar al sistema financiero es de incompetencia o de inmoralidad. Posiblemente de ambas cosas.
¿Cómo van a ser ejemplo? ¿Ejemplo de qué?
¿Ejemplo de eficiencia en la creación de burbujas que no saben prever ni resolver?
En cuanto al mundo productivo, creo que he tenido la oportunidad de conocerlo desde posiciones privilegiadas y doy fe de las miserias que esconde. Muchas y algunas inconfesables.
No hay que acomplejarse, no. El mundo universitario tiene sus fallos, por supuesto, pero no veo colectivos con mayor altura moral y registro de éxitos como para darle lecciones.
JCC