Siempre me ha parecido ver muchas analogías entre música e investigación. No en vano, ambas actividades implican una enorme creatividad (si son de calidad). He conocido muchos grupos, ya sea de rock, música clásica,...que difícilmente podían cubrir gastos haciendo lo que verdaderamente les gustaba y hacían bien, limitándose a tocar ante unos pocos incondicionales, colegas y familiares (ya se sabe fools, family and friends). En consecuencia tenían que intentar ganarse la vida tocando en fiestas de pueblos, en bodas y en otras celebraciones. Vamos, que "transferían" su conocimiento y virtuosismo en "innovación" (lo que el mercado demanda y compra), con la esperanza de poderse ganar algún día la vida exclusivamente con su arte. Alguien podrá argumentar que tocar en bodas o en festejos es una actividad muy digna con la que, si uno es bueno, puede hasta ganarse un buen dinero. Totalmente de acuerdo; pero para eso, seguro que no es necesario sacrificarse, hacer una carrera de piano, formarse con una beca en el extranjero, etc, etc. Una cosa es hacer música, y otra tocar canciones.
Viene a cuento esta analogía para evidenciar el riesgo enorme que hoy corre la investigación. Bajo los mantras de la transferencia y la innovación, a veces no hay sino una presión a los grupos de investigación para que hagan actividades por encargo y meros servicios que se apoyan solo en sus conocimientos y capacidades, pero no en su genuina labor creativa e investigadora, dejando esta última en un segundo plano. Una cosa es intentar buscar una aplicación (social o económica) y rentabilidad de la investigación lo más inmediata posible, o incluso orientar la investigación a sectores o problemas concretos, y otra muy distinta pensar que la investigación como mera generadora de conocimiento o de tecnología no tiene sentido, y por tanto no financiarla. Además, es necesario asumir que mucha de la investigación básica que se realice, y por tanto se financie, puede no conducir a ningún resultado, pero sirve de soporte a descubrimientos radicales en beneficio de la humanidad. En nuestra mano está elegir si queremos solo la inmediatez de los resultados poniendo en riesgo el futuro, o apostar por apoyar de verdad la investigación . Elegir entre intentar tener un Johan Sebastian Mastropiero (*) o un Johan Sebastian Bach.
(*) Johan Sebastian Mastropiero, es el personaje imaginario descrito por el grupo Les Luthiers en los siguientes términos "Toda vez que -por necesidades económicas- Mastropiero se vio obligado a componer música a pedido o por encargo, produjo obras mediocres e inexpresivas. Por el contrario, cuando sólo obedeció a su inspiración, jamás escribió una nota."
sábado, 15 de diciembre de 2012
lunes, 10 de diciembre de 2012
¿Otro castigo a la Investigación?
La semana pasada recibimos una resolución del Ministerio de Industria, Energía y Turismo por la que se denegaba una ayuda de la que previamente habíamos recibido comunicación de concesión (provisional). La razón aducida tiene que ver con el incumplimiento por parte de la Comunidad Foral de Navarra de los objetivos de estabilidad presupuestaria, y que ha derivado en un informe negativo por parte del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Una situación similar ya la habíamos sufrido en la convocatoria de 2011 del Programa de Campus de Excelencia, en la que también se nos concedió provisionalmente la ayuda, como a muchas otras universidades, para posteriormente no recibir un solo euro tras la intervención de Hacienda.
La diferencia viene ahora derivada de que se trata de una subvención, y no de un crédito como en el caso del Campus de Excelencia, y aunque la cantidad en cuestión es pequeña, unos 1.800 €, hace temer que peligren también las subvenciones de proyectos del Plan Nacional de Investigación por un valor cercano en nuestro caso a 1 M€.
No sé si los investigadores universitarios tenemos tanta casta como nuestro lenguaraz ministro Wert que "como los toros bravos se crece ante el castigo", pero de confirmarse estos temores, esto sería un bajonazo a la investigación de este país.
La diferencia viene ahora derivada de que se trata de una subvención, y no de un crédito como en el caso del Campus de Excelencia, y aunque la cantidad en cuestión es pequeña, unos 1.800 €, hace temer que peligren también las subvenciones de proyectos del Plan Nacional de Investigación por un valor cercano en nuestro caso a 1 M€.
No sé si los investigadores universitarios tenemos tanta casta como nuestro lenguaraz ministro Wert que "como los toros bravos se crece ante el castigo", pero de confirmarse estos temores, esto sería un bajonazo a la investigación de este país.
jueves, 4 de octubre de 2012
Más sobre Excelencia en Investigación
En mi última entrada me refería al encuentro de la UIMP sobre la Excelencia en Investigación, sobre el que vuelvo en esta nueva entrada. Resultó significativo que muchos de los ponentes iniciaban su intervención analizando las acepciones y la etimología de la palabra "excelencia", para a continuación intentar acotar qué era la excelencia investigadora. Lo único que pareció claro de todo ello, al menos a mí, es que excelente es lo que sobresale del conjunto, sin que esté nada claro cuánto debe sobresalir y cómo se mide esto. Excelente es por tanto una parte, necesariamente pequeña, del conjunto en que se compara. Un magnífico ejemplo, o contraejemplo más bien, es el programa de Campus de Excelencia Internacional. Después de tres años de convocatorias, no hay prácticamente ninguna universidad (pública) que se haya quedado fuera de un Campus de Excelencia, si bien es verdad que no todos los Campus son de la misma categoría (Regional, Prometedor,..). Es obvio que si todos son de excelencia ninguno sobresale, con lo que tampoco puede ser excelente. Ejemplos similares podemos encontrar en los doctorados con mención de excelencia, y en otras convocatorias que sin llevar ese calificativo, lo asumían implícitamente.
Así que me temo que estas nuevas pretensiones de apostar por la excelencia acaben siendo de nuevo café para todos, con el agravante de que habrán dejado por el camino una gran parte de ofendidos en el colectivo de investigadores, y a todos agotados por someternos al enésimo proceso de evaluación. Para eso sería mucho mejor, como he dicho en otro momento, intentar en primer lugar elevar el nivel global de la investigación de este país y primar especialmente a quien destaque (si antes hemos evitado que se vaya).
Otro ejemplo de excelencia, y este sí que de verdad, es el logrado con los programas ICREA e Ikerbasque, de los que se habló también en Santander. Son dos ejemplos similares que muestran la clara visión y apuesta por la investigación que han tenido en Cataluña y en la CAV. Es tan simple como poner dinero encima de la mesa para contratar a investigadores, sobre todo jóvenes con enorme potencial y aportarles las condiciones necesarias para desarrollar un proyecto a medio plazo, independientemente de su origen, del área de investigación, y del centro al que se incorporen. Cuando la mayoría ha apostado por atraer inversiones que en muchos casos se van, o aportan solo puestos de trabajo a corto plazo, la decisión en estos casos ha ido por traer y anclar verdadero talento con resultados tangibles, eso sí, no a corto plazo. Y con esto no digo que no haya que intentar traer inversiones. Las cifras que aportaron son suficientemente elocuentes. En el caso de ICREA el coste de todo el programa en 2011 fue de 26,2 M€, mientras los fondos obtenidos por los investigadores ICREA fueron 48,4 M€, de los que la mitad aproximadamente provienen de fuera de nuestro país. A ello hay que añadir un buen número de patentes de las que 10 se licenciaron a empresas.
No haré una regla de tres, en función a nuestro tamaño relativo, para ver lo poco que costaría tener un programa así en Navarra.
Así que me temo que estas nuevas pretensiones de apostar por la excelencia acaben siendo de nuevo café para todos, con el agravante de que habrán dejado por el camino una gran parte de ofendidos en el colectivo de investigadores, y a todos agotados por someternos al enésimo proceso de evaluación. Para eso sería mucho mejor, como he dicho en otro momento, intentar en primer lugar elevar el nivel global de la investigación de este país y primar especialmente a quien destaque (si antes hemos evitado que se vaya).
Otro ejemplo de excelencia, y este sí que de verdad, es el logrado con los programas ICREA e Ikerbasque, de los que se habló también en Santander. Son dos ejemplos similares que muestran la clara visión y apuesta por la investigación que han tenido en Cataluña y en la CAV. Es tan simple como poner dinero encima de la mesa para contratar a investigadores, sobre todo jóvenes con enorme potencial y aportarles las condiciones necesarias para desarrollar un proyecto a medio plazo, independientemente de su origen, del área de investigación, y del centro al que se incorporen. Cuando la mayoría ha apostado por atraer inversiones que en muchos casos se van, o aportan solo puestos de trabajo a corto plazo, la decisión en estos casos ha ido por traer y anclar verdadero talento con resultados tangibles, eso sí, no a corto plazo. Y con esto no digo que no haya que intentar traer inversiones. Las cifras que aportaron son suficientemente elocuentes. En el caso de ICREA el coste de todo el programa en 2011 fue de 26,2 M€, mientras los fondos obtenidos por los investigadores ICREA fueron 48,4 M€, de los que la mitad aproximadamente provienen de fuera de nuestro país. A ello hay que añadir un buen número de patentes de las que 10 se licenciaron a empresas.
No haré una regla de tres, en función a nuestro tamaño relativo, para ver lo poco que costaría tener un programa así en Navarra.
lunes, 1 de octubre de 2012
La Excelencia en la Investigación
Hace escasas fechas se celebró en Santander, en el marco de los cursos de verano de la UIMP, un encuentro sobre la Excelencia en la Investigación. Como suele ser habitual en estos encuentros, el interés principal, más allá del tema de debate, se derivaba de la presencia de responsables de los Ministerios de Economía y Competitividad, y Educación, Cultura y Deporte. Ya en foros anteriores se venía transmitiendo por parte de estos responsables el mensaje de que en tiempos de pocos recursos como los que vivimos no se puede seguir financiándolo todo y se debe apostar por la investigación de "excelencia". Visto desde la barrera, el argumento de priorizar en tiempos de escasez aquello que es excelente puede resultar plausible. Sin embargo un análisis de la realidad de la investigación española hace que el argumento se debilite. Ciertamente nuestro país había conseguido una amplia base investigadora que le ha colocado en el nivel internacional acorde con su desarrollo económico, al menos en términos de producción científica. Sin embargo no hemos logrado, salvo contadas excepciones, destacar y liderar líneas punteras de investigación. Todo el mundo está de acuerdo en que lograr esto último requiere que esa base esté suficientemente consolidada y alimentada, cosa que por desgracia no ocurre en nuestro país con una trayectoria investigadora todavía muy corta. Recurriendo al símil futbolístico, no es posible generar grandes jugadores estrella si no se parte de una amplia base de jugadores, formados desde tempranas edades, y se espera el tiempo necesario .
Por ello, los efectos de esta decisión pueden ser devastadores para nuestro sistema, y de hecho algunos efectos concretos ya se empiezan a notar. En la convocatoria de proyectos del Plan Nacional han quedado fuera de la financiación un buen número de proyectos de I+D propuestos por grupos con amplias trayectorias que, hasta la fecha, habían venido recibiendo financiación de forma consistente. Es sabido además que el no disponer de un proyecto financiado del Plan Nacional tiene un efecto dominó en otras convocatorias en las que acreditar ese proyecto es condición necesaria. Pero por encima de todo está la desmotivación que esos investigadores senior pueden sentir tras mantener líneas de investigación activas durante un buen número de años y, de repente, ver cómo dejan de ser apoyadas. Para investigadores jóvenes puede suponer aún una desmotivación mayor.
Por ello, parece que tendría más sentido intentar mantener el sistema de ciencia financiado en toda su base, manteniendo los mismos criterios de calidad utilizados hasta la fecha, aún con una financiación menor. Los grupos y centros más potentes siempre tendrán mejores opciones de obtener financiación en convocatorias europeas.
Pero en el fondo, todo el debate sobre la financiación sigue ocultando los verdaderos problemas estructurales que aquejan a la investigación en España, y muy en particular a las Universidades, como mayores productores de ciencia en nuestro país. Ya casi nadie cree que la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, y una de sus hijas, la Agencia Estatal de Investigación vayan a arreglar gran cosa, totalmente anuladas en la práctica por los corsés de la LOU, la legislación laboral (a la que se ha añadido la casi imposibilidad de contratar nuevo personal), Ley de Extranjería y un sinnúmero de trabas de todo tipo. Este periodo de crisis sería una buena oportunidad para intentar arreglar todo esto aunque, a la vista de cómo está legislando este gobierno, casi mejor que no toquen nada.
Por ello, los efectos de esta decisión pueden ser devastadores para nuestro sistema, y de hecho algunos efectos concretos ya se empiezan a notar. En la convocatoria de proyectos del Plan Nacional han quedado fuera de la financiación un buen número de proyectos de I+D propuestos por grupos con amplias trayectorias que, hasta la fecha, habían venido recibiendo financiación de forma consistente. Es sabido además que el no disponer de un proyecto financiado del Plan Nacional tiene un efecto dominó en otras convocatorias en las que acreditar ese proyecto es condición necesaria. Pero por encima de todo está la desmotivación que esos investigadores senior pueden sentir tras mantener líneas de investigación activas durante un buen número de años y, de repente, ver cómo dejan de ser apoyadas. Para investigadores jóvenes puede suponer aún una desmotivación mayor.
Por ello, parece que tendría más sentido intentar mantener el sistema de ciencia financiado en toda su base, manteniendo los mismos criterios de calidad utilizados hasta la fecha, aún con una financiación menor. Los grupos y centros más potentes siempre tendrán mejores opciones de obtener financiación en convocatorias europeas.
Pero en el fondo, todo el debate sobre la financiación sigue ocultando los verdaderos problemas estructurales que aquejan a la investigación en España, y muy en particular a las Universidades, como mayores productores de ciencia en nuestro país. Ya casi nadie cree que la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, y una de sus hijas, la Agencia Estatal de Investigación vayan a arreglar gran cosa, totalmente anuladas en la práctica por los corsés de la LOU, la legislación laboral (a la que se ha añadido la casi imposibilidad de contratar nuevo personal), Ley de Extranjería y un sinnúmero de trabas de todo tipo. Este periodo de crisis sería una buena oportunidad para intentar arreglar todo esto aunque, a la vista de cómo está legislando este gobierno, casi mejor que no toquen nada.
viernes, 31 de agosto de 2012
Tesis en 3 Minutos
Acaba de difundirse la convocatoria del concurso "Tesis en 3 Minutos", organizada desde el Vicerrectorado de Investigación, con la Unidad de Cultura Científica. La idea fue aportada por Juan Antonio Blanco, investigador del Departamento de Ciencias del Medio Natural, en la reunión que sobre cuestiones de divulgación y difusión científica congregó a un buen número de investigadores de la Universidad Pública de Navarra.
La idea primigenia es relativamente reciente (Universidad de Queensland, Australia, 2008), y desde entonces viene llevándose a cabo con éxito en varias universidades del mundo anglosajón. Creemos que esta es la primera edición en el mundo de habla hispana, y desde luego en España. En nuestro caso además hemos ampliado las modalidades para incluir, en categorías separadas, proyectos fin de carrera y trabajos fin de máster.
El desafío que plantea no es desde luego desdeñable. Cualquiera que haya leído una tesis doctoral, o simplemente haya participado en un proyecto de investigación, sabe de la dificultad que entraña sintetizar en tan corto espacio de tiempo lo esencial de su trabajo, y además hacerlo accesible e inteligible al gran público. No se trata de trivializar un trabajo de una enorme dificultad y complejidad, sino de transmitir al oyente el objetivo último, la utilidad y el interés de la labor de investigación llevada a cabo. Con ello, se pretende además concienciar a los jóvenes investigadores de la necesidad de aprender a transmitir a la sociedad la importancia de la investigación, y justificar el apoyo que de ésta recibimos. También creemos importante que investigadores de ámbitos muy diferentes puedan conocerse y conocer otros temas y formas de hacer investigación.
El concurso recibe el apoyo económico de la FECYT, que ha valorado muy positivamente la propuesta. Confío en que esta experiencia resulte un éxito, que pueda mantenerse en próximos cursos, y quizás extenderse geográficamente.
La idea primigenia es relativamente reciente (Universidad de Queensland, Australia, 2008), y desde entonces viene llevándose a cabo con éxito en varias universidades del mundo anglosajón. Creemos que esta es la primera edición en el mundo de habla hispana, y desde luego en España. En nuestro caso además hemos ampliado las modalidades para incluir, en categorías separadas, proyectos fin de carrera y trabajos fin de máster.
El desafío que plantea no es desde luego desdeñable. Cualquiera que haya leído una tesis doctoral, o simplemente haya participado en un proyecto de investigación, sabe de la dificultad que entraña sintetizar en tan corto espacio de tiempo lo esencial de su trabajo, y además hacerlo accesible e inteligible al gran público. No se trata de trivializar un trabajo de una enorme dificultad y complejidad, sino de transmitir al oyente el objetivo último, la utilidad y el interés de la labor de investigación llevada a cabo. Con ello, se pretende además concienciar a los jóvenes investigadores de la necesidad de aprender a transmitir a la sociedad la importancia de la investigación, y justificar el apoyo que de ésta recibimos. También creemos importante que investigadores de ámbitos muy diferentes puedan conocerse y conocer otros temas y formas de hacer investigación.
El concurso recibe el apoyo económico de la FECYT, que ha valorado muy positivamente la propuesta. Confío en que esta experiencia resulte un éxito, que pueda mantenerse en próximos cursos, y quizás extenderse geográficamente.
martes, 26 de junio de 2012
Los complejos de los Universitarios
No hace mucho más de tres años, ya en plena crisis, el entonces Secretario de Estado de Investigación, Marius Rubiralta, nos contaba en una sectorial de investigación su reunión con responsables del sector financiero en la que directores de bancos y cajas le decían que, tal como ya estaban haciendo ellos, las Universidades debíamos fusionarnos para ser mejores y más eficientes. No se si hoy, tras meses en los que toda nuestra confianza en el supuestamente mejor sistema bancario del mundo se ha desmoronado, se atrevería a decir eso.
La actitud de Rubiralta, y que, reconozcámoslo, mostramos en mayor o menor medida todos los miembros de la comunidad universitaria, es un ejemplo de hasta qué punto sufrimos un cierto complejo de inferioridad respecto del denominado mundo productivo en términos de eficiencia, eficacia, productividad, rentabilidad, etc. Visto lo visto con el sistema financiero, más vale que no nos miremos en ese ejemplo. Yo desde luego no sé de ningún rector que (habiendo hecho una buena o mala gestión) se haya retirado con una pensión millonaria. Tampoco sé de ningún compañero que se haya prejubilado con su sueldo completo a los cincuenta años. No creo que tengan que rescatarnos, porque gastamos lo que tenemos.Y desde luego, es posible que las universidades españolas no estén las mejores situadas en los rankings internacionales, pero es impensable que nuestra calificación baje tanto como lo ha hecho la de Moody´s de los bancos y cajas españoles.
Es evidente que tenemos mucho que aprender de todos, incluidos los bancos, pero por favor dejen de vendernos modelos y ejemplos que no sirven.
La actitud de Rubiralta, y que, reconozcámoslo, mostramos en mayor o menor medida todos los miembros de la comunidad universitaria, es un ejemplo de hasta qué punto sufrimos un cierto complejo de inferioridad respecto del denominado mundo productivo en términos de eficiencia, eficacia, productividad, rentabilidad, etc. Visto lo visto con el sistema financiero, más vale que no nos miremos en ese ejemplo. Yo desde luego no sé de ningún rector que (habiendo hecho una buena o mala gestión) se haya retirado con una pensión millonaria. Tampoco sé de ningún compañero que se haya prejubilado con su sueldo completo a los cincuenta años. No creo que tengan que rescatarnos, porque gastamos lo que tenemos.Y desde luego, es posible que las universidades españolas no estén las mejores situadas en los rankings internacionales, pero es impensable que nuestra calificación baje tanto como lo ha hecho la de Moody´s de los bancos y cajas españoles.
Es evidente que tenemos mucho que aprender de todos, incluidos los bancos, pero por favor dejen de vendernos modelos y ejemplos que no sirven.
jueves, 14 de junio de 2012
Sobre Empresa y Universidad (I)
Las mentiras tienen la propiedad de que cuando se repiten un determinado número de veces, acaban pareciendo verdades. Las verdades por el contrario se convierten en obviedades, y terminan por pasar desapercibidas. Pero ¿cómo se distinguen las primeras de las segundas?. Muy fácil: la primeras necesitan que alguien (que sabe que no son verdad, pero le interesa) las siga repitiendo.
Esto es lo que ocurre cuando se habla sobre la relación entre la Universidad y el denominado sector productivo. Soy incapaz de recordar el número de jornadas, reuniones, seminarios, etc a los que he asistido o incluso participado como ponente en los que, invariablemente, el punto de partida del debate es la "desconexión entre la universidad y la empresa", la "escasa transferencia de conocimiento de la universidad al sector productivo", la "lejanía de la I+D universitaria de las necesidades de las empresas", y un largo etcétera de lugares comunes.
No puede ser que en veinte años, que son más o menos los que llevo oyendo estas cosas, haya quien siga empeñándose en mantener este tipo de afirmaciones cuando el cambio de la Universidad en esta cuestión, y en muchas otras, haya sido radical, y me atrevo a decir que proporcionalmente mucho mayor que el del, vuelvo a repetir, sector productivo español. ¿O es que alguien duda de que gran parte de la culpa de nuestra situación la tiene el apego a no moverse del sector del ladrillo?
Y para demostrar lo que estoy diciendo sobre la relación Universidad-Empresa, aunque para mi sea una obviedad, vayan los datos más recientes, compilados en el último informe de la Fundación CyD, no especialmente caracterizada por dar jabón a las Universidades:
- Del I+D que se lleva a cabo en las Universidades, el 8% de su financiación proviene del sector privado (empresas que contratan a la Universidad), cifra superior a la de la media de la UE-15 (6,5%), a la de EEUU (6%), y similar, por ejemplo, a la de Canadá. El 8% se convierte en un 36,5% si nos circunscribimos a Ingeniería y Tecnología.
- De las empresas innovadoras, que se apoyan en socios, más del 35% cuentan con las Universidades, que es el segundo socio en importancia tras los proveedores, y por encima de Centros Tecnológicos, consultoras, etc.
- La cifra anterior se eleva a más del 50% para empresas de ámbitos estratégicos como Farmacia, Energía y TICs, y también, independientemente del sector, para empresas de más de 250 empleados.
Claro que para tener una buena y productiva relación hay que probar e intentarlo. Y en el caso de la Universidad Pública de Navarra, quienes lo han hecho muestran mayoritariamente su satisfacción de la relación, tal como se muestra en un estudio realizado. Estaremos encantados de que los que no han tenido oportunidad, lo intenten.
Por cierto, sigo dispuesto a participar en jornadas del tipo a las citadas más arriba que, a buen seguro, se seguirán organizando.
Esto es lo que ocurre cuando se habla sobre la relación entre la Universidad y el denominado sector productivo. Soy incapaz de recordar el número de jornadas, reuniones, seminarios, etc a los que he asistido o incluso participado como ponente en los que, invariablemente, el punto de partida del debate es la "desconexión entre la universidad y la empresa", la "escasa transferencia de conocimiento de la universidad al sector productivo", la "lejanía de la I+D universitaria de las necesidades de las empresas", y un largo etcétera de lugares comunes.
No puede ser que en veinte años, que son más o menos los que llevo oyendo estas cosas, haya quien siga empeñándose en mantener este tipo de afirmaciones cuando el cambio de la Universidad en esta cuestión, y en muchas otras, haya sido radical, y me atrevo a decir que proporcionalmente mucho mayor que el del, vuelvo a repetir, sector productivo español. ¿O es que alguien duda de que gran parte de la culpa de nuestra situación la tiene el apego a no moverse del sector del ladrillo?
Y para demostrar lo que estoy diciendo sobre la relación Universidad-Empresa, aunque para mi sea una obviedad, vayan los datos más recientes, compilados en el último informe de la Fundación CyD, no especialmente caracterizada por dar jabón a las Universidades:
- Del I+D que se lleva a cabo en las Universidades, el 8% de su financiación proviene del sector privado (empresas que contratan a la Universidad), cifra superior a la de la media de la UE-15 (6,5%), a la de EEUU (6%), y similar, por ejemplo, a la de Canadá. El 8% se convierte en un 36,5% si nos circunscribimos a Ingeniería y Tecnología.
- De las empresas innovadoras, que se apoyan en socios, más del 35% cuentan con las Universidades, que es el segundo socio en importancia tras los proveedores, y por encima de Centros Tecnológicos, consultoras, etc.
- La cifra anterior se eleva a más del 50% para empresas de ámbitos estratégicos como Farmacia, Energía y TICs, y también, independientemente del sector, para empresas de más de 250 empleados.
Claro que para tener una buena y productiva relación hay que probar e intentarlo. Y en el caso de la Universidad Pública de Navarra, quienes lo han hecho muestran mayoritariamente su satisfacción de la relación, tal como se muestra en un estudio realizado. Estaremos encantados de que los que no han tenido oportunidad, lo intenten.
Por cierto, sigo dispuesto a participar en jornadas del tipo a las citadas más arriba que, a buen seguro, se seguirán organizando.
jueves, 31 de mayo de 2012
XII Premio Talgo a la Innovación Tecnológica
Ayer tuve ocasión de asistir en Madrid, en representación de la UPNa, al acto de entrega del Premio Talgo a la Innovación Tecnológica, que fue otorgado al proyecto presentado por un grupo multidisciplinar de investigadores de nuestra Universidad (Francisco Falcone, Mario Sorolla, Antonio López, Jesús Villadangos, Miguel Beruete y José Javier Astraín). El acto fue presidido por la ministra Ana Pastor, lo que da una idea de su relevancia. A la satisfacción y orgullo por el premio, como Vicerrector de Investigación, se unía en este caso una alegría personal por tratarse de investigadores que son, o han sido, compañeros cercanos de departamento, alumnos y, en un caso, doctorandos míos. No es el primer galardón importante que reciben, ya sea individual o colectivamente, y seguro que no es el último.
Estos acontecimientos dan pie a muchas reflexiones, pero yo en este caso destacaré dos. Por un lado me parece relevante que los galardonados sean mayoritariamente investigadores de la "cantera" de la propia Universidad. Buenos alumnos, que se han convertido en excelentes profesionales con curriculums brillantes, a los que ahora se ha añadido este premio. Cuando se esgrime la endogamia como uno de los mayores males de nuestro sistema universitario, ejemplos como este demuestran que la endogamia no es en sí misma negativa, si nuestros investigadores, como es el caso, han ejercitado una importante movilidad incluso más allá del ámbito puramente académico.
La otra reflexión surge de un "detalle" del acto (tal como lo calificó la responsable de protocolo), que consistió en eliminar el nombre de pública de nuestra universidad en los discursos tanto de la ministra, como del presidente de Talgo. Y eso que en su discurso de agradecimiento Fran Falcone remarcó por tres ocasiones lo de Universidad Pública de Navarra para que no hubiese la menor duda. Está claro que tenemos un problema con el nombre que nos hace perder muchísima visibilidad. Entre eso, y que algunos tampoco quieren (ni) vernos, no nos queda otra que redoblar nuestros esfuerzos para mostrar todo lo bueno, que es mucho, que se hace en nuestra Universidad Pública de Navarra.
Estos acontecimientos dan pie a muchas reflexiones, pero yo en este caso destacaré dos. Por un lado me parece relevante que los galardonados sean mayoritariamente investigadores de la "cantera" de la propia Universidad. Buenos alumnos, que se han convertido en excelentes profesionales con curriculums brillantes, a los que ahora se ha añadido este premio. Cuando se esgrime la endogamia como uno de los mayores males de nuestro sistema universitario, ejemplos como este demuestran que la endogamia no es en sí misma negativa, si nuestros investigadores, como es el caso, han ejercitado una importante movilidad incluso más allá del ámbito puramente académico.
La otra reflexión surge de un "detalle" del acto (tal como lo calificó la responsable de protocolo), que consistió en eliminar el nombre de pública de nuestra universidad en los discursos tanto de la ministra, como del presidente de Talgo. Y eso que en su discurso de agradecimiento Fran Falcone remarcó por tres ocasiones lo de Universidad Pública de Navarra para que no hubiese la menor duda. Está claro que tenemos un problema con el nombre que nos hace perder muchísima visibilidad. Entre eso, y que algunos tampoco quieren (ni) vernos, no nos queda otra que redoblar nuestros esfuerzos para mostrar todo lo bueno, que es mucho, que se hace en nuestra Universidad Pública de Navarra.
viernes, 18 de mayo de 2012
¿Quién ha dicho que no hay dinero para I+D?
Al menos para algunos sí que lo hay. Leemos en
el anexo del “Acuerdo
entre UPN y PSN-PSOE para dinamizar la economía y el empleo en
Navarra….”, que se
consigna una cantidad de casi 206 Millones de Euros para “Nuevos
Centros de
Investigación UN de Ingeniería Biomedica, Enfermedades Olvidadas y
Nutrición-Dietética. Inversión y Funcionamiento”. Para tener una referencia, esa cantidad es,
por ejemplo,
superior a lo que está previsto destinar al IV Plan Tecnológico de
Navarra para
los próximos cuatro años (170 M€), y a la prevista para financiar
la UPNa en
2012 (60 M€). Sencillamente, no lo entiendo.
Por si alguien no lo sabe UN es el acrónimo de
Universidad
de Navarra.
martes, 24 de abril de 2012
Proyecto Mid-Frail y divulgación científica
Es una buena noticia que un proyecto en el que participa la Universidad Pública de Navarra, en este caso dirigido por el profesor Mikel Izquierdo, aparezca reseñado en medios de comunicación como El País o el Boletín Madri+d. A la calidad e interés del proyecto se une que se trata de un tema relacionado con la salud, en particular de las personas mayores, que lo hace más atractivo para el gran público.
Aunque esta última circunstancia no se da en muchos casos, sí que es cierto que en todos los campos de investigación es posible presentar resultados y proyectos solo inteligibles en su totalidad para expertos, de una manera comprensible para la mayoría. En esto los investigadores debemos hacer un esfuerzo para mostrar los resultados de nuestro trabajo de una forma menos técnica y más accesible. Es parte de nuestra obligación con la sociedad y, en ultima instancia, puede suponer una mejora de nuestra imagen y un retorno para nuestras investigaciones.
El miércoles pasado tuvimos en la UPNa una reunión con investigadores y profesores interesados en actividades de difusión y divulgación científica donde se debatieron estas cuestiones. Surgieron algunas ideas y propuestas interesantes que intentaremos poner en práctica, y que se sumarán a otras muchas actividades que se vienen desarrollando.
Aunque esta última circunstancia no se da en muchos casos, sí que es cierto que en todos los campos de investigación es posible presentar resultados y proyectos solo inteligibles en su totalidad para expertos, de una manera comprensible para la mayoría. En esto los investigadores debemos hacer un esfuerzo para mostrar los resultados de nuestro trabajo de una forma menos técnica y más accesible. Es parte de nuestra obligación con la sociedad y, en ultima instancia, puede suponer una mejora de nuestra imagen y un retorno para nuestras investigaciones.
El miércoles pasado tuvimos en la UPNa una reunión con investigadores y profesores interesados en actividades de difusión y divulgación científica donde se debatieron estas cuestiones. Surgieron algunas ideas y propuestas interesantes que intentaremos poner en práctica, y que se sumarán a otras muchas actividades que se vienen desarrollando.
martes, 17 de abril de 2012
Los argumentos del ministro Wert
Me permitiré
utilizar en este caso, y sin que sirva de precedente, una
expresión muy común en los programas del corazón cuando algún
invitado quiere decirle a otro que miente. No sé si la expresión
se usa porque queda más fino, o porque con eso se puede evitar
una acusación por calumnias. En todo caso y ante datos y
argumentaciones sobre el sistema universitario español más propias
de tertuliano que de un Ministro de Educación, solo queda responderle con otra
frase de tertulia: "eso es incierto". Eso es lo que, con datos ciertos y argumentos sólidos, se le dice implícitamente en el magnífico artículo de José Antonio Pérez y Juan Fernandez Armenteros publicado en El País.
Por cierto en todo el argumentario del Ministro, la investigación ni está ni se le espera.
Por cierto en todo el argumentario del Ministro, la investigación ni está ni se le espera.
miércoles, 11 de abril de 2012
Campus de Excelencia-Las formas también importan
No quiero resultar destructivo sobre una iniciativa que nació bienintencionada, y que creo está produciendo efectos positivos sobre el sistema universitario. En nuestro caso, soy además un firme convencido de que el proyecto Iberus va a tener un enorme impacto en las universidades que participamos en él, y para ello estamos dedicando importantes esfuerzos.
Sin embargo las dudas surgen cuando uno se pregunta si para llegar a este punto era necesario semejante "montaje". Las universidades, y también los ministerios correspondientes, hemos invertido un enorme esfuerzo en términos de horas de trabajo y en recursos económicos para conseguir cantidades económicas que, siendo generosos, pueden calificarse de modestas. Eso sin olvidar que se trata de créditos que hay que devolver. La gestión de los fondos no es, para variar, fácil, y las universidades que han tenido que pasar por el calvario de las justificaciones pueden acreditarlo.
Estoy seguro de que si alguien se tomara la molestia de calcular los costes de todo lo invertido, resultaría una cantidad nada despreciable con relación a lo obtenido (insisto, como créditos).
En todo caso, un aspecto importante del programa CEI que me gustaría comentar aquí tiene que ver con ciertos aspectos formales del proceso: las evaluaciones y justificaciones recibidas desde la comisión que evaluó los proyectos presentados eran de una pobreza notable, y no era acorde con la envergadura de los proyectos presentados . Los actos públicos de presentación de proyectos se parecían más a un concurso tipo "Tú sí que vales", que a un acto académico (con jurado ausente en algún caso), en los que muchos universitarios nos sentimos avergonzados. Y como último ejemplo, la carta que adjunto: ni se nombra al Rector, ni a la Universidad, ni a la Comunidad Autónoma. Es una carta tipo, igual para todos, con firma escaneada. ¿Es serio decirle de este modo a un Rector, a su Universidad, y a su Comunidad Autónoma, que deja de financiársele un proyecto tan importante como este?. Las formas son en la vida muy importantes porque reflejan la consideración que del otro tiene quien las utiliza.
miércoles, 4 de abril de 2012
Caramelos para universitarios
En una reciente jornada de la Fundación General CSIC con el título "¿Cómo Medimos la Ciencia?", uno de los ponentes mostraba unos datos en los que, según su
interpretación, el aumento de la productividad científica española en términos
de artículos en revistas indexadas se debía mucho más a los “sexenios”, que al
dinero destinado directamente a la investigación que en realidad solo ha
crecido de forma significativa en este siglo. Lo curioso es que el incentivo en
cuestión siempre ha supuesto para los investigadores mucho más una cuestión de
prestigio que de remuneración económica. No por casualidad a los sexenios se
les llamó desde un principio “gallifantes”, en referencia a los premios
otorgados a los participantes en un concurso infantil que consistían en un
muñequito. El término ya no se usa tanto, fundamentalmente porque los investigadores
más jóvenes ni siquiera han oído hablar de este concurso presentado por Sardá.
Los sexenios son un buen ejemplo de cómo con unos pocos gallifantes
o caramelos como incentivo los investigadores de este país, muy en especial los
universitarios, hemos sido capaces de seguir la dirección que se nos marcaba, y
con un coste económico muy bajo. En realidad, y desde un punto de vista
salarial, los sexenios solo suponían a quien los conseguía cierta recuperación
del poder adquisitivo perdido por subidas de sueldo siempre por debajo del IPC.
Estoy seguro de que si en lugar de exigir publicaciones para obtener sexenios,
se nos hubiese pedido, por ejemplo, registrar patentes, en este momento España
sería uno de los países con mejor índice de patentes del mundo.
Pero el caramelo más reciente (de tamaño adoquín aragonés),
ha venido de la mano de los Campus de Excelencia. En este caso nos daban un
caramelo que nos podíamos comer, a ser posible agregadamente entre varios, con
la condición de devolver otro, un poco mayor, cuando fuéramos mayores y
personas excelentes. Como buenos chicos, nos hemos puesto de acuerdo para
gestionar bien ese caramelo y que, a pesar de no ser muy grande, nos dure unos
cuantos años. Mientras lo íbamos relamiendo lentamente, hemos conseguido tras
alguna disputa inicial por el reparto, hacernos buenos amigos, e incluso hacer
planes de futuro juntos. Claro, que no
éramos conscientes de que, mientras nos empleábamos en el caramelo, nos han
cambiado el profe. El nuevo profe, al que preocupan mucho las cuentas del cole,
ha decidido que es mejor que le devolvamos el caramelo a medio chupar, y volver
a envolverlo, no sea que le reprendan desde la dirección. Y eso que nuestros
papis le habían asegurado que cuando fuéramos mayores les devolveríamos otro
caramelo igual, un poco más grande.
Lo cierto es que, lejos de montar la marimorena, nos lo
hemos tomado con resignación y hemos pensado que, ya que nos habíamos hecho tan
amigos gracias al caramelo, vamos a seguir con nuestros planes de futuro
juntos.
Hasta ahora ha sido aparentemente muy fácil, y rentable a
pesar de lo que muchos dicen, movilizar a las Universidades con tan poca cosa.
El problema es que ya nos han saturado de chuches, y lo peor, estamos cansados
de que se nos engañe como a niños. ¿Alguien se imagina lo que se podría
conseguir si, en lugar de darnos y, hasta solo enseñarnos caramelos, se
pusieran medios y se orientaran en la dirección adecuada?. Claro que para eso hay
que saber qué país se quiere y qué universidades éste necesita, y me temo que
se está aún lejos de saberlo.
miércoles, 28 de marzo de 2012
Primera reunión con los nuevos responsables de política de investigación
El pasado miércoles 21 de marzo tuvo
lugar la reunión de la Sectorial de Investigación de la CRUE, que reúne a los
Vicerrectores de Investigación de todas las universidades públicas y privadas.
A esta reunión suelen acudir los máximos responsables políticos competentes en
materia de investigación universitaria para informar sobre su acción de
gobierno y, evidentemente, someterse a las críticas, cuestiones y sugerencias que
se plantean desde las universidades. No es un foro fácil para ellos, en el que
no escasean precisamente los vicerrectores de investigación (y por tanto
investigadores) combativos.
En esta ocasión el interés de la reunión
era especialmente notable, como consecuencia de los recientes cambios
ministeriales y, lógicamente, de la persistente crisis económica que está
afectando ya de forma dramática a la investigación. No resulta fácil resumir
todo lo que en esa reunión se escuchó, y menos se percibió, pero al menos lo
intentaré. Trataré en ese sentido de distinguir lo que fueron datos e informaciones
aportadas, de las percepciones e impresiones que las diferentes comparecencias
suscitaron.
LOS DATOS: Los ponentes fueron, por orden
de intervención, María Amparo Camarero (Secretaria General de Universidades),
Federico Morán (Director General de Política Universitaria), Juan María Vázquez
(Director General de Investigación y Gestión del Plan Nacional) y Carmen Vela
(Secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación). Argumentando
la falta de Presupuestos Generales del Estado para 2012, que pronto
conoceremos, no se aportaron datos concretos de financiación para investigación,
aunque se da por descontado un importante recorte. Se intentará que el recorte
sea fundamentalmente capítulo 8 (préstamos), de modo que la reducción en subvenciones,
que son de las que mayoritariamente nos nutrimos las Universidades, sea menor.
En particular se insistió desde el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
en que se mantendrá el número de ayudas en la convocatoria de becas FPU, así
como las de movilidad de profesorado universitario, bien es verdad que estas
últimas ya habían sufrido un importante recorte el ejercicio anterior. Se
consideran prioritarios los recursos humanos, lo que sin duda es una buena
noticia. Habrá alguna modificación de criterios en la concesión de becas FPU,
realizándose el proceso de evaluación en dos etapas, la primera eliminatoria,
en previsión de una avalancha de solicitudes que habrá que resolver rápidamente.
Como novedad, la ANECA será quien realice la evaluación con los criterios del
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Parece que la ANEP (en el otro
Ministerio) cobra más por la evaluación
Respecto del programa de Campus de
Excelencia, aunque esto merecerá análisis aparte en otra entrada, no se podrán
transferir los créditos aprobados en la última convocatoria para la mayoría de
Campus, dado que las respectivas Comunidades no han cumplido los objetivos de
déficit impuestos por el Estado. Entre ellas se encuentra por cierto la
nuestra. Así que por vía indirecta la financiación para los Campus de
Excelencia, que en todo caso es en base a créditos, se reduce también notablemente.
En cuanto a otras grandes líneas de
actuación, se pretende llevar adelante la Ley de Mecenazgo, que facilite la
inyección de capital privado en la I+D pública. También, debe estar operativa
en pocos meses la Agencia Estatal de Investigación que deberá servir para
mejorar y hacer más eficiente la financiación de la investigación en nuestro
país.
Las convocatoria tradicional de proyectos
de I+D saldrá adelante con menor financiación (sin concretar), y se tratará de
simplificar las siguientes convocatorias para facilitar tanto las solicitudes
como las subsiguientes justificaciones. Lo mismo ocurrirá previsiblemente con
otras convocatorias de recursos humanos (Ramón y Cajal, Juan de la Cierva,…)
que se publicarán pero previsiblemente con muchos menos recursos.
Otro mensaje recurrente fue que tenemos
que buscarnos el dinero en Europa, mejorando los retornos que hasta ahora
nuestro país obtiene
LAS PERCEPCIONES: Mostraron una mayor sensibilidad
hacia la Investigación los representantes del Ministerio de Economía y
Competitividad, los últimos en intervenir, que incluso defendían que era en ese
ministerio donde mejor estaba insertada la investigación: puestos a discutir
sobre presupuestos, más vale estar cerca de quien los gestiona. Juan María Vázquez,
hasta hace pocas semanas Vicerrector de Investigación y Campus de Excelencia de
la Universidad de Murcia, parecía estar más cerca del lado del público que del
estrado, y desde luego conoce bien los problemas que sufre la investigación
universitaria. Carmen Vela, con una presentación clara y transparente,
transmitió a la audiencia una imagen de seriedad, honestidad, y de conocer bien
lo que lleva entre manos. Desde una posición realista, y sin intentar ocultar
la gravedad de la situación, tuvo la habilidad de transmitir optimismo a la
audiencia. Fue esta una percepción subjetiva mía, pero compartida por todos
aquellos con los que pude hablar. Vamos, que nos fuimos con la idea de que
tenemos un enfermo muy grave, pero al menos sabemos que está en buenas manos.
Por el contrario, y por parte de María
Amparo Camarero, se hizo una presentación un tanto confusa de la situación de
la Educación en España, en la que se mezclaban datos de las enseñanzas medias,
la FP y la Universidad. Según esos datos, se deduce según ella que en España
dedicamos a la Educación una financiación similar a la de otros países
desarrollados, con unos resultados claramente peores, por lo que nuestro
sistema educativo es “poco eficiente”, en comparación además con el sanitario
que sí lo es. Poco más aportó esta presentación, a falta de poder ver en más
detalle las transparencias que presentó y que aún no están disponibles, pero a
diferencia de lo mencionado más arriba sobre la última presentación, ésta solo
produjo intranquilidad. La misma que deja allí por donde pasa su jefe, el Ministro-tertuliano.
jueves, 15 de marzo de 2012
Proyectos de Salud del Gobierno de Navarra
El pasado 22 de Febrero se dictó resolución desde el
Departamento de Salud del Gobierno de Navarra por la que se aprueban ayudas
para financiar proyectos de investigación en el área de la Salud. De las 124 solicitudes
presentadas, se han concedido 14.
La buena noticia para nosotros es que, de esos 14 que han
recibido ayudas, hay tres proyectos a desarrollar en la Universidad Pública de
Navarra, y otros dos más liderados por profesores nuestros que se ejecutarán en
centros hospitalarios. Es una proporción muy alta teniendo en cuenta que ni
tenemos una titulación en medicina, ni mucho menos un hospital universitario.
La mala noticia, para todos, es que el porcentaje de proyectos financiados es
como puede verse bajísimo y no por falta de calidad sino de recursos . Reconociendo el esfuerzo que se hace desde el
Departamento de Salud, con escasas competencias en materia de investigación,
estos datos son una muestra más de los malos tiempos que corren para la
investigación, especialmente la de corte más básico. Disponemos de una masa
importante de investigadores, formados tras muchos años de esfuerzo, que
plantean proyectos interesantes que difícilmente encuentran financiación.
Las fuentes de financiación locales son cada vez más
reducidas así como las nacionales. La financiación europea queda aún lejos y es casi inaccesible para la
mayoría. Dado que los resultados de la
investigación casi nunca son inmediatos, los efectos negativos de esta sequía nos
pasarán factura más adelante, y seguramente no serán fáciles de compensar
lunes, 12 de marzo de 2012
Elecciones en la Comisión de Investigación
La pasada semana se proclamaron los
nombres de los nuevos vocales electos de la Comisión de Investigación. De
acuerdo con la reforma de los Estatutos de la UPNa, correspondía votar a nueve
representantes de otros tantos grupos de áreas de conocimiento, frente a los
dieciséis que hasta el momento se elegían. A pesar de la reducción en número
total de representantes, y del aumento
de candidatos elegibles (por la
incorporación de Contratados Doctores), en dos grupos de áreas no se han
presentado candidatos, en otros tres el candidato era único, y en el resto,
cuatro, han sido dos los candidatos para cada puesto.
Una situación semejante, con tal escasez
de candidatos, no se había producido nunca en esta importante comisión aunque sí
era habitual en la Comisión de Doctorado, en la que algunos de sus miembros han
tenido que ser designados por sorteo en
las últimas elecciones. Sin embargo, el dato de la falta de interés, también
reflejado en la escasa participación en las votaciones, no puede dejarnos
satisfechos y debe ser motivo de reflexión.
Supongo que en todo esto tiene mucho que
ver la situación vivida en la Universidad, y en su entorno, en los últimos
años. Por un lado, la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior está
suponiendo un importante esfuerzo en la labor docente de todo el profesorado en
detrimento, me temo, de la dedicación a la investigación. Por otra parte, la dificultad, si no imposibilidad, en una situación
de crisis, de abordar acciones novedosas de incentivación de la investigación,
hacen seguramente poco atractivo el trabajo en este tipo de comisiones. Estas
son seguramente algunas de las razones pero es necesario, como he dicho,
reflexionar sobre esta situación, e intentar revertir esta tendencia.
En todo caso, aprovecho estas líneas para
mostrar mi reconocimiento a aquellos compañeros que, hayan sido o no elegidos,
han mostrado su disponibilidad para trabajar en esta comisión.
lunes, 20 de febrero de 2012
¿Estudiantes o Investigadores?
La prensa se ha hecho reflejo estos días del caso de un
doctorando que padece una importante discapacidad y al que la Seguridad Social
le ha reclamado la devolución de una prestación familiar, que recibe en virtud
de su discapacidad, por considerarla incompatible con la percepción de su
salario como investigador en formación.
Sin entrar en la cuestión de si es justa o no la percepción
de ambos ingresos, y sin cuestionar el inmenso mérito que supone realizar la
tesis doctoral en las condiciones en que lo hace éste joven, sí que me gustaría
referirme a la argumentación de su abogado defensor en favor del cobro del contrato
doctoral y de la prestación familiar.
De acuerdo con lo que la prensa refleja, el abogado defiende
que la percepción es un “contrato de investigación no equiparable a un
trabajo”, que es un “trabajo no
lucrativo”, como demuestra que es “un estudiante que paga su matrícula”. Estas
argumentaciones vienen a negar todos los avances que se han producido en cuanto
a la consideración del trabajo de un doctorando. En primer lugar cabe recordar
que el Estatuto del Personal Investigador en Formación modificó la figura de
los hasta entonces becarios de cuatro años en becarios de solo dos años
(cotizando también a la SS), a los que seguía una fase de contrato de otros dos
años. Con eso se venía a reconocer que el doctorado consta de una primera fase
formativa (una beca solo se justifica si la actividad es eminentemente
formativa), seguida por otra en la que el doctorando ya desarrolla una
actividad productiva, con lo que procedía un contrato. Recientemente, la Ley de
la Ciencia, la Tecnología y la Innovación obliga a que todo el periodo de la
formación doctoral esté cubierto mediante un contrato predoctoral, extendiendo
por tanto la concepción de trabajo productivo a todo el periodo de la tesis.
Por otra parte el hecho de que los doctorandos paguen una
matrícula no implica su condición de estudiantes. En la medida en que están
sujetos a procesos académicos antes de presentar su tesis, y que se benefician
de servicios y de formación de la universidad, independientemente de la entidad
que pague su salario, es lógico que tengan que matricularse y pagar las tasas
correspondientes. A mayor abundamiento, el
Real Decreto de Doctorado de febrero de 2011, se refiere a los doctorandos como
“investigadores en formación”, renunciando explícitamente a considerarlos
estudiantes.
Una persona tan capaz, con tantas dificultades añadidas,
debe recibir el máximo apoyo pero no parece que la argumentación de la defensa
sea la más acertada y desde luego, caso de ser atendida, supondría desde mi
punto de vista un retroceso en los avances que se han producido en la
consideración de los doctorandos.
viernes, 10 de febrero de 2012
El precio de la información
Un millón y medio de euros (1,5 M€) es lo que le cuesta a la
Universidad Pública de Navarra la suscripción anual a revistas científicas y
bases de datos, una cantidad nada despreciable comparada con los
aproximadamente veinte millones de presupuesto de gasto total (descontando
personal). Todo investigador sabe que el acceso a la información científica,
actualizada, es condición necesaria para
poder hacer investigación, sea cual sea el ámbito de conocimiento. Por tanto,
la necesidad de mantener el acceso a las publicaciones científicas es
absolutamente incuestionable, y sería sin duda el último lugar en el que cualquier
científico se plantearía hacer el mínimo recorte.
Sin embargo, el debate surge cuando uno analiza por qué
resulta tan caro mantener el acceso a las revistas científicas. Las revistas se
nutren de un material, los artículos, que los investigadores producimos como
fruto de nuestra investigación y por el que no percibimos un solo euro de las editoriales.
Por otra parte, quienes se encargan de mantener el nivel científico de esas
revistas somos los propios investigadores que, en nuestro papel de revisores
(el conocido sistema “peer review”), valoramos los artículos que nuestros
colegas escriben, y también sin cobrar. Además, los comités científicos de las
revistas se componen de reconocidos académicos o investigadores que, en
general, no reciben remuneración alguna. Por si todo esto fuera poco algunas
publicaciones de prestigio se permiten además cobrar a los autores en concepto
de “contribución a los costes de publicación”. De ahí que, por muchas
explicaciones que quieran darnos, resulta difícil entender lo elevado de los
precios del acceso a toda esta información, y menos aún ciertas políticas de
las editoriales que, en régimen casi monopolístico, nos obligan a comprar
paquetes de revistas en los que se incluyen un buen número de títulos que no nos
interesan. La crisis económica ha puesto más al desnudo estas contradicciones,
más dramáticas si cabe con el intento por parte de la mayoría de editoriales de
elevar los precios en porcentajes inasumibles, en torno a un 5%, cuando sus
beneficios no dejan de crecer.
De ahí que no es de extrañar que haya surgido un movimiento
entre los investigadores (ver por ejemplo http://thecostofknowledge.com/), que
va tomando fuerza, de no colaborar con determinadas editoriales, no enviando
artículos, no actuando de revisores y negándose a pertenecer a los comités
editoriales. La noticia publicada en The Economist (http://www.economist.com/node/21545974),
de la que he tomado el título para esta entrada, refleja muy claramente esta
situación. Relacionada con esta actitud está también la pujanza creciente de
las revistas con acceso abierto (“Open Access”) que se financian con otros
medios (por ejemplo cobrando a quien publica) o repositorios institucionales en
los que se cuelgan pre-prints de los artículos o incluso artículos ya
publicados en revistas.
Naturalmente estos movimientos plantean un difícil ajuste
con los procedimientos actualmente asumidos de valoración y evaluación de la
ciencia que se basan en la publicación en revistas de alto índice de impacto, y
en las citas de otras revistas a artículos publicados en las mismas. En un
entorno abierto esto resulta más difícil. Lo que es evidente es que estamos
ante un rápido cambio de paradigma en el que, necesariamente, el coste para los
productores de la información del acceso a la información que ellos mismos
producen, no sea tan gravoso, particularmente cuando esa información se ha
generado en la mayoría de los casos con dinero público.
martes, 31 de enero de 2012
Clasificación de universidades
En varias ocasiones he tenido la oportunidad de dar mi opinión sobre los rankings de universidades que se elaboran y publican por entidades diversas. Resumiendo mucho, creo que no tiene sentido clasificar y ordenar instituciones que, a pesar de ser todas ellas universidades, tienen un carácter muy diferente. Por tanto, reducir la valoración de una institución tan compleja a un único número, y derivar de él una ordenación, no tiene ningún sentido. Máxime, si a ese número no le acompaña otro que refleje la financiación que recibe.
De otra parte, el peligro que entrañan esas clasificaciones es que el afán de conseguir una buena posición en ellas pervierta los objetivos de las instituciones, centrándolas solo en conseguir unos buenos valores en los indicadores que pesan más en el cálculo de esos rankings. Cuando se recurre al siempre socorrido ejemplo de las universidades de Estados Unidos, que copan los puestos de honor en todas las clasificaciones, se olvida que la gran mayoría de las universidades estadounidenses ni siquiera aparecen en esos rankings por tener una producción científica muy pobre. Por tanto, lograr universidades de élite se consigue en ese país a costa de tener un sistema muy heterogéneo donde se combinan centros de educación superior muy orientados a la docencia, con universidades netamente orientadas a la investigación. En nuestro país, con un sistema universitario mucho más homogéneo, todas las universidades públicas, y algunas privadas, aparecen siempre en las clasificaciones. Sin embargo, su carácter generalista y una sub-financiación, hacen que sea imposible que figuren en puestos de honor.
Vienen estos comentarios a cuento de dos informes que ayer remitimos a los investigadores de la Universidad Pública de Navarra. Lejos de reflejar, de forma plana, cuál es la posición de nuestra universidad en dos clasificaciones disponibles, lo que se ha intentado es analizar diferentes indicadores de producción científica (bibliométricos, proyectos, tesis, patentes, etc) de forma desagregada. Con ello, es posible tener una mejor imagen de cuál es la situación de la investigación en nuestra universidad, comparativamente con otras, y determinar aspectos de mejora. En todo caso, es necesario analizar estos datos de forma crítica, para darles el valor que merecen. Por un lado, y en cuanto a indicadores bibliométricos se refiere, conviene notar que las bases de datos que sirven de base son SCOPUS y WoS, cuya cobertura de ciencias humanas y sociales es muy limitado. Por otra parte, muchos indicadores son cuantitativos (número de tesis, número de proyectos, etc) y que obviamente no reflejan la calidad de la producción.
En todo caso, y como resumen, nuestra institución se encuentra casi siempre en posiciones medias altas de casi todos los indicadores, lo que es positivo para una institución tan joven. El elemento más mejorable es el de la “producción” de doctores, ya que el número de tesis leídas no es acorde con los buenos resultados en otros indicadores. La ausencia de titulaciones de corte más básico (física, química, biología, historia, medicina,..), que suelen ser las mayores canteras de doctorandos, es sin duda una de las causas fundamentales.
lunes, 23 de enero de 2012
El nuevo doctorado
Esta semana se ha dado a conocer el nombramiento del profesor José Miguel Múgica como Director de Área de Doctorado y Campus de Excelencia, dependiendo del Vicerrectorado de Investigación. Con ello hemos pretendido, entre otros objetivos, dar un mayor impulso a los cambios en la organización del doctorado en la Universidad Pública de Navarra. El nuevo Real Decreto de doctorado, publicado en Febrero de 2011 (http://www.boe.es/boe/dias/2011/02/10/pdfs/BOE-A-2011-2541.pdf) , nos obliga a algunos cambios normativos que es necesario acometer.
Sin embargo, y más importante que estos cambios normativos, está la nueva concepción del tercer ciclo que subyace a ellos, o más bien los inspira. En particular, las Escuelas de Doctorado pretenden ser el marco en el que organicen los nuevos programas de doctorado, y se provea a los doctorandos (investigadores en formación) de un conjunto de competencias que les permita insertarse en el entorno productivo y social, independientemente de cual haya sido su ámbito de investigación. Todo ello garantizando por supuesto que su tesis doctoral suponga una contribución a la creación de nuevo conocimiento, como corresponde a toda actividad investigadora.
Las Escuelas deben intentar acabar con el aislamiento y la invisibilidad en que muchas veces se lleva a cabo la actividad de los doctorandos, a través de la organización de actividades en las que participe todo este colectivo, fomentando la interdisciplinariedad y el intercambio de experiencias. En la UPNa tenemos ya muy avanzada la propuesta de creación de la Escuela, y la adaptación de la normativa, que se hará conocer a la comunidad universitaria, y se llevará a continuación a los órganos competentes para su aprobación.
Los jóvenes doctores, además de ser la cantera para universidades y centros de investigación, son sin duda el instrumento clave para lograr el trasvase y transferencia de conocimiento desde la Universidad hacia la sociedad, y este cambio es una buena oportunidad para hacerlo de forma más eficiente.
miércoles, 18 de enero de 2012
Lección de divulgación científica
Leemos en Diario de Navarra una noticia destacada en la
que se nos explica de forma sencilla y amena cómo se distribuyen los husos
horarios en la tierra, para demostrar a continuación que los relojes, con la hora de varias ciudades del mundo, en la
cafetería de la UPNa no marcan la hora correcta. ¿se trata de una nueva sección de divulgación
científica en Diario de Navarra?. Si es así, bienvenida sea y si no, ¿cuál es la noticia?: que en la
Universidad no sabemos de husos horarios, que hemos desconectado los relojes
para ahorrar, que no nos molestamos en ponerlos en hora,…
Bueno, bromas aparte, aprovecho esta desafortunada noticia
para dejar clara otra vez mi apuesta por la divulgación y difusión científica
como una de las actividades que debemos desarrollar desde la Universidad. No es
tarea fácil y en ello tenemos que realizar un esfuerzo tanto la comunidad
científica como los medios de comunicación, en beneficio de la sociedad.
Institucionalmente estamos trabajando en esa dirección, y son muchos
los profesores de esta casa (algunos también blogueros) que están desarrollando
un excelente trabajo, especialmente dirigido a los más jóvenes.
Un nuevo canal de comunicación
Una de las cuestiones que más me
ha preocupado en el tiempo que llevo en el Vicerrectorado de Investigación es
la de la comunicación. Entiendo que
informar de las acciones que se emprenden y las decisiones que se toman es una
obligación, pero además creo que es necesario explicar las razones y los
principios en que se apoyan. Con ello muchas decisiones, que inevitablemente no
son del agrado de todos, pueden comprenderse mejor y desde luego se evitan
malentendidos propios de una comunidad grande que utiliza sus propios canales
informales de transmisión de la información.
Pero también, y en sentido
inverso, es imprescindible escuchar lo que la comunidad universitaria piensa,
de modo que muchos puntos de vista puedan, al menos, ser tenidos en cuenta
antes de la toma de decisiones.
Mi experiencia, como profesor, y
ocupando cargos de gestión, me ha demostrado lo difícil que resulta establecer
unos canales de comunicación efectivos y fiables. Los diferentes órganos de
representación, tan presentes en la vida universitaria, no cumplen esa función.
La comunicación institucional, a través de boletines, página web… transmite
necesariamente datos, acciones, acuerdos,.. que resultan insuficientes al no ir
acompañados de información sobre el proceso previo que los ha generado.
Siendo consciente de estas
dificultades, nunca he renunciado a intentar mantener unos cauces de
comunicación efectivos, relacionados con la actividad que ahora me ocupa: el
Vicerrectorado de Investigación. Uno de ellos, las reuniones con responsables
de grupos de investigación, me han mostrado que hay un deseo y necesidad de
conocer la labor que desde los órganos de dirección se realiza, y de aportar
otras visiones. Mi despacho ha estado abierto a cualquier miembro de la
comunidad universitaria que sintiese la necesidad de ser oído en materia de
investigación, y eso ha resultado muy enriquecedor. En ocasiones he publicado
escritos en la prensa tratando de dar a la sociedad fundamentalmente, pero
también a la comunidad universitaria, mi visión sobre diferentes aspectos de la
investigación
Sin embargo, creo que todo ello
no es suficiente, por lo que he creído oportuno llegado este momento abrir un
nuevo cauce de comunicación. Se trata de un blog en el que expondré cuestiones
de diferente calado y que podrán tener carácter informativo y también de
opinión. En algunos casos serán temas de
actualidad, pero en otros no irán ligados a ella. Obviamente, el blog estará abierto a la
participación de toda la comunidad universitaria, que podrá plantear cuestiones
o exponer sus propias visiones u opiniones. Mi compromiso será por supuesto la
honestidad y no rehuir mi opinión, que solo me reservaré cuando obviamente se
refiera a decisiones colegiadas tomadas por el equipo de dirección, a las que
lógicamente debo lealtad. En contrapartida, solo exigiré para publicar una
entrada o responder a una pregunta que su autor se identifique de forma
inequívoca.
Por último, me gustaría remarcar
que el objetivo fundamental de este blog es mejorar la comunicación con la
comunidad universitaria en materia de investigación, en el sentido más amplio
que este término pueda entenderse. Sin embargo, puesto que el blog es una
herramienta de acceso público, la participación en él es totalmente abierta,
con la única restricción comentada más arriba. Esto es algo consciente por mi
parte, ya que entiendo que la sociedad tiene derecho a conocer lo que una
entidad pública como la Universidad hace por ella. Por tanto, este blog será
también un instrumento más de comunicación con la sociedad.
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